Mi historia sobre la creatividad

Hola soy Eva y hoy te cuento mi historia, pero mi historia desde la creatividad, ¿para qué he utilizado la creatividad? y ¿qué me aporta como persona?

Desde niña, he tenido un gran talento en el dibujo, tengo una gran visión espacial, mis profesoras de 8º de EGB (yo soy de aquella generación), siempre lo decían “tú, a la universidad no, tú, a diseñar”, (me hicieron creer que yo no valía para estudiar, solo valía para dibujar, ¿curioso verdad?), por tanto no es de extrañar que acabara estudiando Artes Plásticas.

Toda mi carrera profesional desde entonces ha sido el diseño y la creatividad visual, creando nuevos proyectos de Interiorismo, realizando obras maravillosas con unos resultados magníficos. Pero fue hace cinco años, cuando quise darle una vuelta a mi profesión, y entre curso y curso, salió “técnicas de creatividad”, aquí es dónde me di cuenta, que realmente, mi vida entera había sido CREATIVIDAD.

Desde que tengo uso de razón he utilizado la creatividad de muchas formas distintas, creando vestidos imposibles para muñecas, mercadillos en el pueblo con tortillas que hacían nuestras madres y que vendíamos a familiares y amigos, preparando bailes y coreografías para las fiestas del barrio o del pueblo, con 18 años ya era Interiorista o como por aquel entonces nos conocían mejor Decoradora, y con 25 años ya tenía dos empresas. Pero he utilizado la CREATIVIDAD para muchas otras cosas en la vida, sobre todo en resolver problemas que han ido surgiendo y la creatividad me ha ayudado a no rendirme, y no ver solo el problema, sino un reto y una oportunidad, para mejorar, para crear, para seguir adelante.

Nada más acabar los estudios comencé a trabajar en el diseño, diseñaba junto a mi padre muebles a medida para ebanistas, fue una experiencia importante, sobre todo porque podíamos hacer realidad los deseos y diseños del cliente sin poner muchos peros. Un año después entre en una mueblería, allí no había mucha opción para el diseño, todo era más acotado, restrictivo pero yo no me rendía, y para mí, cada cliente era un proyecto y no, una mera venta, así conseguí ganar en seguridad, quitar vergüenzas, miedos y por supuesto aprender a que no siempre puedes hacer lo que más te gusta. Pero yo necesitaba más, necesitaba crear, llevar acabo un proyecto completo y poder construirlo, y me lance al vacío con apenas 25 años deje mi puesto de trabajo fijo y monte mi propio estudio y mi propia empresa de reformas, sin duda ha sido mi mejor época profesional… Cumplí mi sueño, diseñe mi primer proyecto que fue una guardería, y la vi realizada, un año después diseñe una farmacia y entregue la llave en mano, y así más de 100 obras y proyectos… Cuando miro hacia atrás no puedo más que sentir orgullo de esos años, alguien me dio la oportunidad de empezar y no tuve miedo, me lance, fui capaz de hacerlo y lo hice bien y funciono. Pero con la crisis, como a todos, todo ese esfuerzo anterior se vino abajo, y tuve que revolucionar, reciclarme, evolucionar y cambiar… Y entonces volvió a mí un pequeño sueño que intente realizar nada más acabar los estudios “abrir una escuela para niños de Artes Plásticas” que en su momento no funciono y a la que tuve que renunciar, (os recuerdo que cuando aquello solo tenía 18 años). Así que en la revolución personal algo en mí se revolvió y me apunte a un curso de docencia, y me matricule en la UNED para estudiar el Grado de Historia de Arte, desde entonces he realizado talleres de historia y artes plásticas en coles, he sido tutora de cursos para adultos, he formado parte de proyectos de refuerzos para adolescentes y me he formado en diferentes cursos que me ayuden a ser más competente en la rama del aprendizaje. En toda esta historia, he olvidado contaros que soy madre de un niño de 10 años, y que hace un año y medio tuve que parar, porque mi hijo me necesitaba, algo le estaba ocurriendo y no sabíamos ni lo que era, ni de dónde provenía, nos habíamos ido distanciando poco a poco, ya no estábamos tan conectados como antes. No sabía muy bien por dónde empezar, así que realice un curso de Pedagogía Blanca y entonces lo entendí todo. No voy a repetirme, porque esa historia la conoces, está en nuestra página principal, de lo que quiero hablaros, es que esa dificultad volvió a abrir mi Creatividad para resolver ese problema, y ya no solo eso, sino que vi la oportunidad de crear este proyecto, de ayudar a otras familias, en definitiva de aportar mi granito de arena en escuchar, respetar, y educar a los niños en su ritmo vital.

Mi vida, no es solo estas líneas hay muchas otras cosas, pero me quedo con las positivas, con las que me han hecho enriquecerme como persona, como madre, con aquellas dificultades que han dejado siempre despierta mi creatividad para avanzar y no quedarme bloqueada, para aprender, mejorar y evolucionar. Sin duda, sin CREATIVIDAD, mi vida no habría sido la misma, recuerdo algunas noches en la cama dando vueltas algún problema que había surgido en alguna obra y tenerme que levantar para apuntar esa lluvia de ideas y poder descansar. A veces mi hermana me dice, “pero quieres parar de pensar”, mi marido “cari, que imaginación tienes”, y yo no puedo parar, no puedo apagar mi cerebro, no puedo bloquearlo, el mismo, no me deja, y es así porque yo, le hice libre. Ahora con esta reflexión personal sobre la Creatividad, cómo crees que debe de ser una educación respetuosa hacia la Creatividad.

 NO BLOQUEAR la creatividad de vuestros hijos y alumnos, hacerles libres, de opinión, razón, dejarles garabatear, soñar, abstraerse y aburrirse, solo así dejaran a su cerebro libre para poder CREAR.