La Diosa guerrera

La Diosa guerrera que habita en mí

 
En menos de 6 meses, estaré dando una formación a 10 mujeres VALIENTES, que hayan decidido sacar esa Diosa Guerrera que llevan dentro.

Pero admito que yo no siempre fui así.

       Creo que esta historia no os la he contado nunca, sobre todo porque nos cuesta mostrar nuestro lado más vulnerable, y yo en esa ocasión, fui muy vulnerable, perdí mi propio control y me venció el miedo.

       Durante 15 años he tenido una empresa dónde el margen de error era muy pequeño, permitirte el lujo de fallar, costaba mucho dinero, y hacía que perdieras muchos puntos como profesional. Así que siempre he procurado rodearme de gente de confianza y sobre todo altamente profesional. Esto hasta aquí muy bien, pero todo tiene un precio. Recuerdo una de las obras más importantes que he realizado, no por ser la más espectacular, o mi mejor proyecto, sino por inversión económica, y complejidad a nivel de obra, y organización en el tiempo. Cuando apenas quedaba una semana para entregar las llaves, recibí una llamada de la persona que siempre me remataba la obra, estaba muy enfadado y no dejaba de dar gritos e insultar a todos los gremios. Yo en ese momento tenía el corazón partido, por un lado entendía su posición, le admiraba en su profesión pero en ocasiones perdía las formas, pero también valoraba el trabajo de mis otros gremios, sabía que lo habían dado todo para llegar hasta ahí y no se merecían esa falta de respeto.

         Y en ese momento me derrumbe, me sentí muy pequeñita, me puse a gritar, y dar patadas como una niña chica, totalmente fuera de control, mis padres que estaban allí no daban crédito, era la primera vez que me veían así, y en la sala de al lado estaba mi hijo con sólo dos años escuchando a su madre fuera de sí.

 

        No me sentía con garra ni fuerza para afrontar una reunión con 15 hombres que eran incapaces de hacer cada uno su trabajo sin discutir y sin perderse el respeto. Pero entonces llego la calma, y me apoye en ese símbolo que os decía en el vídeo, mi particular Arco de guerrera, y recordé, porque cada uno de ellos estaba allí. Yo les había brindado la oportunidad de formar parte de ese proyecto, les había dado un buen trabajo, y ellos lo estaban incumpliendo. El problema no era yo, yo había organizado el trabajo, yo había dado la cara y había dado espacio a cada uno de ellos, eran ellos los que no estaban donde debían estar. Fue entonces cuando salió mi guerrera, y el valor suficiente para afrontar una reunión muy complicada, que recuerdo casi como si hubiera sido ayer.

 

           En ese preciso instante, fue cuando me dije que jamás me volvería a pasar eso, jamás dejaría que un hombre me haría perder así, ni el control, ni mi ser, ese día comprobé lo que era capaz de hacer, y perdí el miedo a luchar. Las cosas podían haber sido muy diferentes, podía haber montado un pollo, haber despedido a todo el mundo, meterme en la cama tres días y esconderme de todo… Pero no, desde la calma solucioné el problema entregué la obra con un margen de dos días de retraso, y cumplí mi trabajo sin faltar el respeto a nadie, eso sí luchando por mí, y mi trabajo. Por eso soy una Diosa guerrera desde la calma, no dejo que nadie altere mi forma de Ser, y yo quiero que tú consigas lo mismo.

Eva Rojo

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