Hace apenas unos días, tuvimos en casa una pequeña fiesta de cumpleaños con la temática de Halloween, así que me encontré en casa con 7 niños de 10 años de edad, que venían un poco alterados del entreno de fútbol y con el nerviosismo de pasar la noche fuera de casa y celebrar una fiesta. Entre otras cosas preparamos juegos, la cena y tenía planeado bailar un poco pero las horas pasaron muy rápido y apenas hubo tiempo de disfrazarnos y contar historias de miedo. Antes de la cena andaban todos bastante excitados corriendo de un lado a otro y gritando sobre todo gritando, pero yo tenía un pequeño as en la manga durante la cena. Les había preparado un brebaje de batido de cerebro humano, y entre los ingredientes había, mango, sabías que el mango tiene propiedades relajantes y que es magnífico antes de acostarse a dormir. Después de la cena conseguí que tres de ellos se sentaran por ellos mismos en la mesa a jugar al monopoli, pero al resto visto que no había hecho suficiente efecto el brebaje me los pase a la otra habitación dónde iban a dormir y comenzamos con las historias de miedo, cuentos para niños, con emoción pero sobre con un montón de carcajadas, que amenizadas con un tono de voz peculiar, una linterna bajo el rostro y alguna que otra sorpresa fueron el ingrediente perfecto para mantenerles acostados y tapados hasta las orejas ja ja ja, al poco rato se incorporaron el resto y dio tiempo a contar dos historias más. A las 23.30 estaban todo en sus sacos de dormir, al día siguiente había que madrugar, partido a las 9 de la mañana y hora antes de calentamiento pero no había forma, aún seguían excitados y contándose historias de miedo entre ellos, y entonces recordé que esa misma semana mi peque y yo nos habíamos quedado solos en casa porque mi pareja tenía curso fuera, y que para relajarnos los dos decidimos leer un par de historias del libro Imaginaciones (Historias para relajarse y meditaciones divertidas para niños) de Caroline Clarke, y que realmente nos funcionó muy bien, el peque después de las historias se quedó totalmente cao¡¡¡ Así que intente probar si funcionaría con siete niños de 10 años, de diferente personalidad que estaban contándose historias miedo, nerviosos algunos por ser la primera noche fuera de casa, y no dormir junto a sus padres. No totalmente convencida de que quisieran escucharme, pero sin embargo escucharon atentos las dos historias que les propuse…
“El jardín encantado
Imagina que estas caminando y entras a un bosque mágico y encantado.
Te sientes muy seguro mientras estás en este bosque.
Mira los árboles al a su lado.
¿Los ves sonriéndote y haciéndote caras graciosas?
Respira profundo y descubre si hueles algo mágico en este bosque.
Presta atención a ver si escuchas algún sonido, como pájaros o el viento en los árboles.
Mientras caminas cada vez más adentro del bosque, sientes que tu cuerpo se encoge.
Sintiéndote muy seguro, e vuelves más pequeño, y más pequeño.
Cerca de ti ves algunas criaturas mágicas- ¡Duendes y hadas!
Son amigables y del mismo tamaño que tú.
Síguelos por el bosque para ver dónde te llevan.
¡Eres tan pequeño que puedes ir a cualquier lugar ¡
Puedes flotar sobre una hoja en el lago.
Puedes trepar por una planta y subirte a los pétalos de una flor.
Hasta puedes sentarte sobre un hongo.
Imagina todo los lugares que puedes explorar en este bosque encantando.
Continúa explorando junto a tus nuevos amigos
Hasta que estés preparado para despedirte.”
“Plantar una semilla
Imagina que tienes una semilla imagina en tus manos.
Susúrrale un secreto a la semilla.
Cuéntale en quieres que se transforme cuando crezca.
Ahora cava un hoy en la tierra.
Planta tu semilla tu semilla en el hoyo y cúbrela con tierra.
Imagina que comienza a llover.
El agua penetra lentamente en la tierra.
Ahora sale el sol y brilla fuerte sobre el jardín.
Empiezas a ver un pequeño brote que sale de la tierra.
Crecen raíces enredadas debajo de la tierra.
Y la semilla crece
Y crece…
Y crece…
¿En qué se transformó?
¿En un árbol?
¿En una flor?
¿En una planta de fresas?
¿En un árbol mágico?
Disfruta de esto tan hermoso en lo que tu semilla se ha convertido al crecer.”[1]
Os invitamos a que podáis leerlas a vuestros peques ya sea en casa o en la escuela, porque funciona, y el adulto que las lee mientras tanto entonando y poniéndose en situación también se relaja.
[1] Cuentos del libro Imaginaciones de Caroline Clarke